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Tiempos de reconocimiento

Carlos Bracho
Carlos Brachohttp://www.carlosbracho.com
Carlos Bracho. Actor de cine, TV y teatro. Fotógrafo y político. Miembro fundador de SOGEM, escritor y editor. Miembro fundador de “Leo, luego existo”, del INBAL.

Chère Karla:            

De cuando en vez es necesario revisar la agenda, ver el cuaderno de notas y el calendario, sí, porque la vida moderna ha impuesto una serie de tareas, compromisos, negocios, los que se deben de atender y no fallar en ninguno so pena de ser descalificado por las amigas, los amigos y dirigentes de negocios con los cuales se había acordado algo.

Y ¡zas! Que veo que el calendario señala varias conmemoraciones y festejos y celebraciones. Anoté sólo estas, que me parecen de urgente atención: Día del padre, Día del Sommelier, Productos de maíz, Cortes y Parrilla. Y ya no sigo más, pues cumplir todas las que se marcan, haría que este escrito tuviera más de cuatro cuartillas. Trataré de atenderlas de la mejor manera. Sí, se merecen un trato digno, un trato lleno de coraje sano y de gozo. Va: La tarea del Sommelier es trabajo fundamental el que desarrollan y debo añadir que es trascendental para la vida, por ejemplo, de un restaurante, dado que, a un cliente, suponiendo que no tenga gran experiencia en los vinos, el Sommelier lo aconsejará, lo ayudará con sabios consejos y le hará pasar una tarde o noche inolvidable y de la aventura de esa charla, el cliente, ahondará más en sus conocimientos del gran arte del vino, y esa labor del Sommelier hará que el negocio aumente su categoría y sea más reconocido por el servicio que presta.

Y cómo no recordar a nuestro padre, el mío se ha ido, pero lo tengo presente en todo lo que desarrollo, porque algo, mucho o poco, tuvo que ver con mi comportamiento social, sus consejos y su ejemplo me sirvieron para enfrentar la vida diaria con la fuerza necesaria. Así pues, desde aquí, chère Karla, a mi padre y a todos los padres del mundo va el abrazo fuerte, el saludo cariñoso y el respeto profundo.

Continúa con: El café perfecto para papá

Cuando estoy en gira de trabajo por el norte de nuestra República, Sonora, Chihuahua, además de convivir con mujeres y hombres que aman la vida, y veo también que aman la tierra, que aman el sol y el desierto, yo, en lo particular, para no ser menos, quiero, aparte de ello, amar aún más la gastronomía, por ello me surto de los grandes cortes que por esta región tienen una calidad digna de mención.

Y ya en el terruño, ya en el hogar, ya con la familia, ya con los amigos, a celebrar se ha dicho, a tratar de olvidar los discursos políticos y olvidar los problemas, por lo tanto, será necesario desempolvar la parrilla argentina, encender los carbones, teniendo otros en el suelo, a un lado y cuando se necesiten, reponer, surtir la parrilla. Cuidar que no estén arrebatados. Luego escoger los cortes, churrasco, bife, Rib eye, T-Bone, arrachera, etc., y cuidar la manera o fórmulas que sean necesarias para asarlos. Ejemplo sencillo: Churrasco, aceite de oliva extra virgen, sal, y evidentemente un chimichurri; y Bife, sal de grano y no debe faltar el chimichurri (no doy esta receta pues usted amiga insumisa ya la conoce). Durante este maravilloso y ancestral proceso que debe ser tiempo calmo, ir a la cava, con cuidado escoger el vino para que el maridaje con la carne escogida resulte de primer orden, y, que el vino y el corte dancen de alegría, y lo mejor, que el paladar disfrute lo que el carbón, la parrilla y la uva ofrecen a todo el mundo.

Y hablar del maíz es hablar del origen de nuestra comida. Las cocineras nativas tuvieron la oportunidad de crear innumerables platillos, que, lo sabemos, Moctezuma los saboreaba, y no se diga el gusto que les causaba a todas y a todos los habitantes del México antiguo. El cultivo del maíz, la milpa, dominaba la vista de los campos. En nuestras mesas mexicanas es un orgullo presentar mazorcas cocidas, untadas con mayonesa y chile en polvo. Y sigue la mata de maíz dando: Atole champurrado, sopa de tortillas, chilaquiles verdes o rojos, tamales de dulce, de chile y de manteca, quesadillas, pinole, y muchos etcéteras.

Bien, pues al mal tiempo buena cara, a los problemas borrarlos degustando los platillos señalados o escoger otros, que el antojo cunda y que sea bien coronado.

Mientras ustedes preparan las ollas y los cortes, les mando un abrazo grande.

Carlos Bracho. 

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